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lunes, 12 de abril de 2010

Desarrollo del Guerrero Delta

- Gracias por tu ayuda

Escuchar esas palabras me revolvió el estómago, no sabía cómo actuar. ¿Qué podría hacer yo en ese momento? Tumbado, lleno de mi sangre no podía apenas moverme, esos bastardos, seguidores de [Aparecen unos caracteres desconocidos] habían entrado en el laboratorio y habían robado las muestras de "Guerrero Delta". A duras penas me levanté, no antes de media hora. Nuestro laboratorio no era grande, era un centro temporal después de todo. Con paredes blancas, impolutas... Sonrío ahora al recordarlo, un blanco impoluto lleno de mi sangre, bastante irónico. suele ser la sangre de otros con la que se trabaja aquí, pero nuestro laboratorio, con sus cinco C.D. (1) (desconozco si para ti, lector desconocido, ese término es conocido, pero, en nuestra era, se tratan de máquinas muy avanzadas capaces de ayudarnos con nuestras tareas científicas, parecidas a los arcaicos superordenadores) de apariencia femenina, algo muy acertado debo admitir, son las compañeras ideales. Por último, nuestra gran mesa de trabajo, la envidia de cualquier científico de tres al cuarto es circular y plana, con la tecnología planaria incorporada (2), nos permite trabajar con multitud de utensilios. Me levanté con esfuerzo y encendí la luz, tal vez tenerla incorporada a la pared no fuera buena idea, ya que era una habitación carmesí en esos momentos. Acercándome a la mesa pude introducir el código y obtener una de nuestras cápsulas, realmente la necesitaba, aunque mi recuperación tardó más de lo previsto, pude salir de allí.

Caminar por nuestros pasillos mientras sabes que tus jefes te matarán no es algo muy agradable, te lo aseguro ¿Cómo iba a presentarme ante [Nombre borrado] -sama y contarle que nos habían robado nuestro mayor avance? No podía, así que decidí que lo mejor sería escapar de ese lugar, aún podía hacer algo por el mundo.

Y eso es lo que estoy haciendo ahora, no hará ni dos días que ocurrió la catástrofe (tú también llamarías así a mi problema si estuvieses en mi lugar), pero me encuentro frente al edificio del enemigo. Nunca habría imaginado que mis ondas fueran tan poderosas, menos mal que aún no han activado el gen a más del 40%, me habría sido imposible acabar con cuatro guerreros en ese estado. De todos modos, los cadáveres que tengo a mis pies pronto se levantarán de nuevo, debo darme prisa o tendré un ejército de esos guerreros queriendo mi muerte.

Me deslizo por esos estrechos pasillos de paredes grises, rugosas, si tengo que tocarlas seguramente muera debido esos malditos sensores de movimiento, no siempre es útil ser indetectable... no cuando esas malditas paredes te anulan el poder. No importa ahora, debo conseguir las muestras pronto o será mi cabeza la próxima en ser operada en aquella camilla...


Mientras más lo pienso más considero que esos enemigos deben haber sido guiados por alguien de dentro. Un traidor en la Organización, ¿pero quién? Tan solo la cúpula mayor de la organización conocen la existencia de este proyecto y solo un puñado entre ellos conocen la localización de mi laboratorio. ¿Quién de ellos ha podido ser? Creo que puedo descartar a mi jefe de forma absoluta: ha invertido demasiado tiempo y demasiados recursos para poder desarrollar a estos nuevos soldados y ahora se encuentra ante un enorme problema. Mejor dicho, se encontrará si se entera, aunque será mucho peor para mí, lo cual es indudable.

¿Y si me estoy equivocando? ¿Y si han sido los bastardos del antiguo Gobierno Mundial? No, no podían haber sido ellos. Tiene que haber sido causado por un maldito traidor.

Recuerdo que una chica había estado merodeando el laboratorio durante algunos días. Debería haberle dado más importancia, pero no estoy interesado en mujeres por eso no me quedé como ese estúpido novato, embobado. Tendrá que haberlo despedido por fijarse tanto en ella. ¿Cómo me dijo que se llamaba? Reina, creo que se llamaba Reina*. Mi estúpido ayudante se creía que consiguiría algo con ella. ¡Ja! Pero al final lo consiguió... un momento. ¿Cómo que se fijó en ella? Hay algo que falla aquí. ¿No me dijo que se comprometía este mes que viene? Oh mierda. ¡Era una agente!

Corro por los pasillos evitando tropezarme con las paredes y alzo mi [Clasificado] por si alguna de esas criaturas despierta y desea mi cabeza. Miro alrededor y no veo más que puertas que no me
llaman la atención. Sería demasiado fácil.

De pronto escucho un pequeño zumbido y alzo mi arma, lo que me salva de acabar decapitado. Me han alcanzado y parece que están evolucionando a demasiada velocidad. No puedo evitar sonreír con orgullo, mis pequeños son ahora mayores y se están portando mal. Tengo que darles una lección...

jueves, 18 de marzo de 2010

Historias.

Un estruendo recorre el palacio en ruinas. Cascotes caen sobre el trono, arruinando su antiguo esplendor. El polvo llena la sala decorada con telares descoloridos. Nadie se atreve a hablar.

Otro golpe de espada destruye una antigua estatua qu representa a un hombre vestido con unos extraños ropajes y algo que cuelga de su cuello. Unas lentes cubrían sus ojos. Ahora solo quedan pequeños trozos congelados.

Maldice en su lengua. Todos se quedan congelados. Nunca lo habían visto así.

Otra estatua cae al sueloen pedazos.

El joven del Sur se levanta, mientras el Talosdian se acerca a él, hablando con su vozdespreocupada, pero mirándolo con seriedad.

- Así no vais a conseguir nada. Tranquilizaos de una vez - Esquiva un golpe directo a su rostro- ¡Ey! Eso puede doler - vuelve a esquivar sus estocadas salvajes - No nos obliguéis a tener que inmovilizarte por la fuerza, sabes que saldríais perdiendo.

No habla, su rostro solo muestra odio. Ellos no tienen la culpa, lo sabe, pero no puede hacer otra cosa.

La Refugiada se aproxima con un rostro preocupado. No quiere verlo así.

- Tranquilizaos, mi señor - Casi está llorando - Vos queréis nuestra ayuda y os la daremos, podéis estar seguro mas no despesperéis - posa sus manos sobre las de él. El hechicero se aleja, el hombre del sur coloca su mano sobre su espada- nosotros somos aliados. Contadnos que ha sucedido...

No puede sorportarlo, la emoción lo invade, a pesar de no ser él mismo, la emoción de otro invade su ser. Debe acabar con esto pronto.

Ataca a la joven confundiéndola con una dama de dorados cabellos. Ella grita asustada, jamás lo había visto así. La espada atraviesa el aire hasta clavarse sobre el cuerpo de la joven, que cae al suelo desangrándose.

- Tenéis que tranquilizaos de una vez. - Él baja la cabeza, aturdido pero ahora tranquilo- Contadnos lo que ha sucedido...
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Esta historia la había subido hace algún tiempo

lunes, 14 de diciembre de 2009

Alpha - Reflexiones de un experimento

Diario día xx del mes xxxx año 1126

- Así que esto es la verdad... es demasiado dura, demasiado fría. ¿Es esto lo que he estado investigando durante tantos años? ¿Es esto por lo que he estado trabajando más de la mitad de mi vida? ¡¿Para esto me habéis estado preparando?! ¡¡¡RESPÓNDEME!!!

La esfera aguarda en silencio. La figura no responde. Se limite a mirar a la atractiva mujer de manera inexpresiva. Como era costumbre en él.

- Me has engañado, Alpha, me has engañado... ¿qué crees que haré ahora? ¿Crees que seguiré ofreciéndote mis servicios? - coge la esfera y la arroja contra uno de sus espejos, ricamente decorados- Malditos seáis... ¡¿Qué queréis que haga ahora?!

La figura permanece impasible.

- Eres la causa de todo esto. Eres quien nos trajo, nuestro ancestro... ¡¿No es así?! ¿Acaso es otra mentira? - comienza a reír de un modo histérico - Claro... sí, ahora lo entiendo todo... era tan evidente que no me había dado cuenta hasta ahora...

Deja la esfera en el suelo y se dirige a una de sus estanterías, llenas de libros sobre magia, sobre ciencia, sobre biodesarrollo... Formula una de sus palabras de mando y la estantería se sumerge en el suelo. Un enorme pasillo se extiende ante ella. Camina sin miedo por ese familiar pasillo, situado en ninguna parte, una extensión de la tecnología de la Organización, de su magia. Todo lo que ella conoce es gracias a la mano invisible que somete a todos los mundos. El inicio que trajeron y el final que provocarán. Todo y nada. Eso es lo que ellos simbolizan. Alpha y Omega, su casa, su familia, su amor. Todo por y para la Organización. Tantos años perdidos por nada. Descubrir parte de la Verdad es duro, incluso para ella, quien ya ha sido modificada. Quien ya no es humana. No es Talosdian, ni Talosdeth, ni Eruk, ni Feras ... era algo más. Ella había ya ascendido de su raza, pertenecía al nuevo orden en la evolución. La nueva especie. El orden encarnado. El final de todo. El inicio de una nueva era. Ya había sido nombrada. Todo anunciaba que su futuro sería perfecto. Su nueva vida se alzaba ante ella. Nada presagiaba esto.

Llega al final del corredor y observa su laboratorio. Hay varios humanos encadenados. Tres Talosdian sellados. Pero eso no le importa. Se acerca a su mayor adquisición, un Losgean, tan bello como todos los miembros de su escasa raza. Ella se acerca a él y acaricia su hermoso rostro, la criatura no responde, está demasiado drogado para ello. Besa sus labios con pasión y él reacciona.

Su reacción es la común: profundo asco por sus labios. Odia a la humana, odia su voz, su apariencia, su olor... Por su culpa él está encadenado. Observa cómo ella activa de nuevo ese aparato. Pero hay algo distinto. Algo que no es igual. Ve a los humanos gritar. El mundo se apaga para él, de nuevo

Día yy del mes yyyy año 1126

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Glosario de términos usados en este relato:

Talosdian: Casta élfica de la Magia
Talosdeth: Casta élfica del Viejo Mundo
Eruk: Raza humanoide conocida por su potencia física
Feras: Raza humanoide conocida por su capacidades naturales.
Losgean: Descendientes de los dioses.

martes, 20 de octubre de 2009

Cuentos del Mundo Antiguo. - Reunión.

Aldea de Recentalos, dos meses antes

- Mi señor, ha llegado el gobernador - anunció revercenciosamente el guerrero de plata.

El dirigente despidió a su soldado con un gesto y se levantó de su asiento de oro y obsidiana para dirigirse hacia sus aposentos. No le gustaba tener que tratar con un ocupador como ese pero si quería mantener el orden en la ciudad tendría que seguir con esta falsa, de nada serviría rebelarse si no tenía pueblo que gobernar.

Se vestió con sus mejores ropajes, una túnica negra con finas líneas doradas que, más que ser un mero atuendo, amplificaría sus ya de por sí, asombrosos poderes. Usó uno de sus orbes para llamar a sus herramientas y comenzó a peinar su largo cabello azulado y aultimar los últimos detalles de su apariencia, tratar con un gobernador no era algo agradable, pero eso no impedía que, al menos, estuviese presentable.

Él era consciente de su belleza, todos lo eran. Sabía que era el más apuesto entre los suyos y, de no ser por su visión del mundo, viviría en alguna fortaleza, junto con otros Talosdian. Por ahora se resignaba a dirigir Recentalos, una ciudad muy fructífera y, lo que era más impresionante, aliada con la mayoría de las ciudades cercanas y cabecilla de la Religión del Gran Azul.

Tantheis ya le había comunicado que no podrían resistir durante demasiado tiempo sin una cantidad aceptable de utensilios ya que el Gran Azul era un dios caprichoso y requería mucha devoción si no querían acabar siendo unas ruinas de la civilización.

Todo sería más fácil si no tuviese que pagar tributos a esos bastardos, elegidos de ese dios. De enterarse sus súbditos de que esos humanos no eran dioses, se alzarían en rebelión y habría demasiados problemas...

Mientras cavilaba salió de su masión natural y se dirigió a la plaza central, allí podría recibir al gobernador y esperaba que sus nuevos juguetes fuesen de su agrado, tratar con esos bastardos no era para nada satisfactorio, pero mientras se quedasen en la mansión divitiéndose como inferiores que son, no tendría que hablar con él más de lo previsto.

- ¡Gobernador! ¡Qué agradable visita! - Dijo con su mejor sonrisa - Es un placer recibiros en nuestra ciudad. Los objetos que nos encargó ya están listos, mas debo insistir en que si nos hubiese dado más plazo tendría más e, incluso, puede que mejores y más poderosos artefactos.

Odiaba hablar humano, pero tenía suficiente práctica como para hablar sin acento.

- Olvidad vuestra adulaciones, elfo, no tengo tiempo que perder en este estercolero. El Gran Azul requiere esos artefactos y yo debo llevárselos. ¿Están listos mis aposentos?

Tragándose su orgullo, el elfo sonrió.

- Por supuesto, gran señor, los esclavos os llevarán hasta allí, espero que la nueva mercancñia sea de vuestro agrado, ¿cuánto tiempo os alojaréis?

- Partiré esta misma noche, ahora vete o te demostraré lo que este rifle puede hacerte.

El humano se dirigió hacia su alojamiento, pero se detuvo a medio camino.

- Dentro de dos semanas llegarán varios humanos extraños. Tratadlos como veáis oportuno y, tened cuidado, pues este lugar se volverá un infierno

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Cuentos del bosque - El Poder.

Acércate joven. Sí tú, el que cree que lo conoce todo, el que afirma que no teme a nadie. Ven y te contaré una historia, una historia que habla de grandes héroes. Héroes y villanos. Guerreros antiguos que osaron desafiar a seres superiores. No creo que esa cara sea la adecuada... ¡Oh, ya veo! ¡No me crees! Maldito jovenzuelo, ven aquí que te enseñe cómo es el mundo.

Bien, ahora que te has sentado puedo empezar con mi relato.

Érase una vez, en un lugar muy cercano un muchacho. Un joven muy atractivo, debo añadir. Atractivo y poder, una combinación peligrosa para cualquiera, si no posee un corazón puro. Él lo poseía, por supuesto que lo hacía. Creo que en su aldea siempre lo recordarán como el mayor líder que han tenido nunca. Su poder en el combate era digno de alabanzas. Su liderazgo capaz de llevar a los hombres al mismo infierno si es con él. Y su atractivo dejaba de piedra a la más seca damisela. Pero eso no es lo importante. Él era el líder, el sol que iluminaba su aldea. Gracias a él habían avanzado mucho. Es más... pero te lo diré en voz baja, había conseguido que ese adorador del Agua hubiese pasado a un segundo plano.

Por supuesto que era religioso, todos lo eran, había pruebas suficientes para ello, pero no es lo importante de este relato... ¿o sí? No pongas esa cara, ahora viene lo interesante.

Un día, un fatídico día, su aldea fue atacada de nuevo. Avanzó en primera fila, junto con su guardia personal, un grupo de élite, debo añadir. Ellos, siete héroes, combatieron con valor, sin dejar de lado a su hogar. Triunfaron, por supuesto, ¡eran héroes! Pero en esta historia también existen villanos.

Él era un tipo apuesto y poderoso. Su bondad no era lo que inspiraba a sus soldados, sino que despreciaba tal actitud. Su fuerza era lo único necesario. Su decisión había sido firme: iba a destruir la aldea de Fuwa y no habría supervivientes que lo molestasen.

Sus primeras tropas habían caído presa de esos que decían ser héroes, pero no pasaría lo mismo con sus compañeros. Ellos habían viajado por todo el continente, destruyendo las aldeas pertinentes, no era necesario que ésta fuese una excepción.

Avanzó altivo desde el bosque, no le preocupaba lo que esos humanos pudieran hacerle, alzando su espada, miró a nuestro héroe. Fue una mirada llena de respeto, pues era un digno rival...

[El archivo está corrupto, no puede recuperarse]

¡Había vencido! El pueblo estaba eufórico, había derrotado a ese enemigo tan atroz, el general de las criaturas que llevaban años atacando la aldea. Pero no lo mató, no pudo hacerlo, ese maldito cobarde había desaparecido antes de que le asestasen el golpe final. La batalla fue terrible. Nuestro héroe no podía pensar con claridad, debía atrapar a quien había asesinado a sus amigos usando ese terrible poder. Debía perseguirlo.

El elfo se aventuró por el bosque, estaba herido de muerte, pero sabía que su fracaso le acarrearía un castigo peor que la muerte. Aunando las pocas fuerzas que le quedaban, se transportó hacia unas ruinas, unas ruinas que él mismo creó, allí podría recuperarse...

¿Y nuestro héroe? Embriagado por la furia se internó en el bosque, no lo pensó demasiado, debía atraparlo y vengarse. Nadie sabe qué sucedió con él pero esa fue la última vez que se le vio.

¡No bosteces! Es de mala educación. Ains, ¿qué voy a hacer contigo? La historia está apunto de acabar, no te impacientes. Ahora terminaré...

Pasaron los años, no menos de cien, sí has oído bien. La aldea había vuelto a su anterior gobierno teocrático y el sacerdote, más bien su descendiente, había tomado el poder en la aldea. El dios Agua había protegido la aldea, pero la población había perdido la vida que tenían un siglo atrás. Desde la desaparición de su héroe una gran estatua lo inmortalizó, en el centro de la plaza y otra en la entrada. Junto a estas dos estatuas se encontraban otras más pequeñas en la plaza y unas piedras fuera, que recordaban a sus heroícos compañeros, algo que mantenía viva la memoria de nuestro héroe en su hogar.

Una noche llegó un viajero, surgió del bosque y se dirigió con paso firme a la aldea. Las lágrimas cubrían su rostro y no podía caminar bien. Estaba demasiado emocionado. Había vuelto... por fil había vuelto. Se acercó a la estatua que se encontraba al inicio de la aldea y lloró desconsoladamente al ver el monumento en memoria de sus amigos. No había podido vengarles, pero ahora poseía el conocimiento para salvar a la aldea. Estos cinco años habían sido suficientes para ello.

Caminó hacia la puerta y pronunció el hechizo que le permitiría entrar de nuevo en su casa.

Su regreso fue celebrado por todo el pueblo como una señal de que su dios los había bendecido. nuestro héroe no había cambiado, salvo por su pelo, que era totalmente blanco, como si fuese un anciano. Condujo a la aldea a su época de mayor prosperidad gracias a sus conocimientos adquiridos. Dio planos para mejorar las construcciones, pergaminos para la magia y desarrolló distintas disciplinas. Todo estuvo archivado en los documentos sagrados mucho tiempo después de su muerte, unas horas después de su llegada.

Dicen que el lago donde descansó su cadáver se pudo reunir con sus antiguos compañeros, pero, ¿qué sabré yo? ¡Solo soy un viejo loco! Ja, ja, ja..

[ Fin del archivo ]

+ + + + Añadido + + + +

Realmente ese anciano conocía este mundo. Me sorprendió que conociese unos datos que habían sido descubiertos solo dos días antes de esa reunión. Lamentablemente se marchó poco después y no pude localizarlo de nuevo. Seguiré investigando, mi señor, pero no sé si lograré encontrarlo.

Atte.: Asroth.

martes, 15 de septiembre de 2009

Algunos amigos I

-¿Estáis seguro de que queréis que yo haga ese trabajo?

- Completamente

Me lo temía

- Pero... ¿no hay nadie más? Podrías decírselo a Ryu, estaría encantado de ayudarles, incluso algún miembro de los Guardianes, cualquiera. ¿Y la capitana? Ella es mejor combatiente que yo, voy a buscarla...

Su mirada me indicaba que estaba entre la espada y la pared. No podía negarme, no de nuevo.

- ¡Ah! Pero la entrada está sellada, ahora sí que no puedo ir - Me levanté en un inútil intento de marcharme cuando su imponente voz me detuvo.

- Hemos hablado muchas veces de eso. Bajarás por la entrada que hay bajo el templo, como la última vez, al fin y al cabo, fue tu hermano quien la creó.

Suspiré abatido. Es cierto que mi hermano creó el túnel, pero también es cierto que desapareció ahí dentro y no pienso correr la misma suerte, casi prefiero ir al cielo... Casi. Así que tendré que bajar.

Cogí mis cosas y me aventuré ahí dentro, según las predicciones del sacerdote, encontraría el grupo en menos de un día, pues mi túnel se extendía durante varias horas. Al llegar a la trampilla tuve un mal presentimiento, aunque no le di mucha importancia, era invisible de todas formas.

La abrí y una ráfaga de aire, bastante cargado, fue mi recibimiento. Parecía que ese lugar no había sido abierto desde su creación. Me deslicé dentro del oscuro corredor y comencé a bajar, con cuidado de no rasgarme mis vestiduras. El interior de este camino oculto era no muy grande, un túnel de unos 3 metros, pero lleno de piedras, arena y suciedad. Algunas herramientas estaban dispersas por el suelo y, aunque no podría asegurarlo, juraría que los espíritus de aire aún aferraban sus preciados utensilios. Intenté coger uno, sin éxito claro, pesaba demasiado para mí.

Seguí avanzando durante unas dos horas hasta ver algo que heló mi cuerpo. En el suelo había alguien tumbado...

No sabría describir mis emociones, era demasiado chocante para mí. Solo recuerdo que me acerqué lentamente, incluso me volví visible, no podía controlar mi cuerpo. Aún ahora mientras avanzo con mi prometida y su compañero recuerdo esa escena. ¡¿Cómo iba a olvidarlo?! El cadáver de alguien estaba tendido ante mí, sin descomponerse, como si hubiese muerto hace unos segundos ¡Eso era imposible! Me acerqué un poco más, necesitaba comprobar quien era. Las ideas volaban por mi mente ¿y si era uno de ellos? ¿Cómo podían haber llegado tan lejos? Borré tales pensamientos de mi mente y observé el cadáver. Su cara me resultada familiar... ¡No, es imposible! Pensé desconsolado. Era uno de los ayudantes de mi hermano... pero... no, no es posible. Hace cinco años que se aventuraron para no volver. ¿Ha pasado 5 años muerto aquí? No me lo puedo creer, es demasiado raro... Siento energía mágica en el ambiente, sea lo que sea lo que le ha matado lo conserva en perfecto estado. Deberé volver de nuevo con alguna hechicera, puede que ellas puedan ayudarme.

Cuando me recuperé del shock inicial me volví invisible de nuevo y llegué al final del corredor. Se había vuelto más pequeño, apenas un metro y medio de alto y poco más dos de ancho, tuve que ir agachado todo el tiempo y, aún así, no podría haberme librado de algunas rozaduras. Me encontré por fin por la trampilla que mi hermano habría construido, aunque solo son suposiciones, pronuncié la palabra que me había enseñado cuando éramos pequeños.

- Miles

La trampilla se abrió, tal y como esperaba y llegué a una gran cámara. Era bastante extraña, nunca había visto algo igual. En el centro había un gran altar y, detrás de esté, se situaban dos puertas, parecían pesadas. Recorrí la cámara observándolo todo, un pasillo parecía venir hasta aquí, dirección a la ciudad (o eso me parecía). Mientras observaba la habitación mis ojos se posaron en el altar. Sobre un pequeño soporte se encontraba un extraño cetro, brillante, rodeado de un aura mágica. Estaba hipnotizado por él, incluso me hizo olvidar lo sucedido hace poco...

Me acerqué al altar y, sin pensarlo mucho, sostuve el cetro entre mis manos. La luz que lo rodeaba se apagó y escuché cómo se activaba un mecanismo..

- ¡Oh, demonios...!

miércoles, 2 de septiembre de 2009

¿Pensamiento?

Realmente el mundo ha acabado
Si buscas alguna salvación, te has equivocado de vida
No sueñes con un futuro que no existe, pues tan solo recibirás desesperación
¿Cómo hemos llegado a estar en esta pesadilla?
¿Cuándo podremos despertar?
¿Quién nos durmió?
Realmente el mundo ha acabado, no es una pesadilla.

Crónicas de $·%·"& Volumen 1